periodismo loreto

Articulos escritos por el periodista Jaime Vásquez Valcárcel desde Iquitos, capital de la Amazonía peruana.

Monday, November 12, 2007

A mi no me contaron

Me causa gracia que los violadores de ayer se computen los castos de hoy. Me carcajeo cuando los periodistas infieles de anteayer se ruborizan e insinúan que es deplorable en el 2007 lo que ellos practicaban a escondidas hace un lustro. Esbozo un risa cuando algunos coleguitas se escandalizan porque una impertinente empleada municipal ha conseguido un contratito absurdo por “imagen institucional” que favorece a su señora madre cuando esos mismos coleguitas han conseguido –inclusive durante el gobierno dictatorial que tanto dicen que combatieron- contratitos favorables a toda su parentela, incluida por supuesto la queridita de turno. Ya no aguanto la risa cuando escucho que algunos se escandalizan porque a una señora se le pagó ocho luquitas por servicios publicitarios durante los primeros meses del año cuando ellos mismos han recibido esa misma cantidad con una diferencia: en un solo mes. Me agacho y vuelvo a levantarme de risa cuando algunos y algunas cuchichean sobre el favoritismo insensato de una empleada hacia su señora madre cuando esa misma turba mediática silbó al cielo durante gestiones ediles anteriores cuando otra señora favorecía no sólo a su señora madre, sino a su esposo y demás –en el sentido más amplio de la palabra con toda su extensión terminológica- parentela con las compras que requería la oficina a su cargo. Me río más –como si estuviera viendo “El chavo del ocho” en su versión portuguesa- cuando escucho que algunos vociferan sapos y culebras contra el entorno de una determinada autoridad porque creen que con eso exculparán sus pecados terrenales. Me carcajeo –como si viera de mala gana las cámaras escondidas que el circuito cerrado que Lan transmite para hacer más llevaderos los viajes a miles de pies de altura- cuando algunos colegas insinúan estupideces con relación a la opción sexual de otros y no se dan cuenta que tienen no uno sino varios mariconcitos hechos en casa.Hay que admitir que esa coleguita que favoreció a su señora madre con un contratito indefendible tiene la impertinencia como característica. Pero loca no es. Hay que repudiar que esa misma coleguita ha cometido un tremendo error al hacer lo que hizo y decir lo que dijo. Pero loca no es. Tan loca no es que lo mejor que podría hacer es salirse de la gestión. No esperar que la retiren. Tampoco iniciar una campaña de visita a medios de comunicación para lanzar lodo contra quienes le han dado la posibilidad de un desempeño laboral. Es decir, quienes pensamos que la impertinencia es una actitud que no tiene características de malevolencia debemos admitir que la coleguita se equivocó. Pero la impertinencia es una cosa y la locura otra. En nombre de la locura hay quienes cometen maldades. En nombre de la locura hay quienes perpetran violaciones a elementales reglas humanitarias. Porqué algunos han perdonado la locura y no pueden hacer lo mismo con la impertinencia. ¿Porqué algunas se rasgan las vestiduras con lo que hacen otras hoy si ellas mismas hicieron igual?

Todo lo aquí escrito lo he observado. Todo esto a mi no me contaron. Lo he vivido. Lo he gozado. Lo he disfrutado. Ayer, igual que hoy. Debo terminar este artículo porque de tanto escuchar mi risa Mónica, Daniela y Carlos creen que estoy loco cuando en realidad sólo cometo una impertinencia al escribir todo esto porque es periodísticamente incorrecto.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home