periodismo loreto

Articulos escritos por el periodista Jaime Vásquez Valcárcel desde Iquitos, capital de la Amazonía peruana.

Tuesday, March 13, 2007

De nuevo

”Cualquier sonrosado saltibamqui con rayitos en el pelo puede triunfar en la televisión, pero… ¿escribir? Ay, carajo. Allí los quiero ver” escribe Beto Ortiz en el prólogo de “Humaladas”, la reciente entrega bibliográfica de Pedro Salinas, uno de los articulistas más punzantes y despercudidos de la prensa nacional.

Pedro Salinas en uno de los artículos de ese libro afirma que las columnas periodísticas existen “para denunciar y señalar como quien clava estacas. Para cazar temas como Olivera persigue apristas. Para fastidiar un poco con las armas de la ironía, encandilando las indignaciones de uno. Tratando de transformar los hechos en ideas, en emociones”. Pero Pedrito, como le dicen sus amigos, entre ellos su editor Jaime Campodónico, citando a un articulista español afirma que las columnas deben tener “unas gotitas de actualidad, unas gotas de literatura, y, para rematar la combinación, un chorrito de mala leche”.

Hoy que reinicio esta columna me encuentro decididamente coincidente con las concepciones de Beto y Pedro. Porque al retornar observo que sin esa dosis de las que hablan ambos periodistas estoy seguro que el fiscal Medina seguiría despachando como si la acusación de la menor embarazada fuera poca cosa. A quienes desde el periodismo y fuera de el tratan de minimizar el caso sólo repito lo que pregunté cuando se conoció el caso: ¿Qué harían si la agraviada fuera una de sus hijas? La respuesta a esta pregunta me exonera de cualquier respuesta. Y gracias a la gente de LVS el fiscal ya no está administrando justicia porque simplemente está descalificado para ello. Es lamentable que una autoridad joven haya caído en ese despeñadero pero la realidad es contundente. Y en este caso hay mucha tela que cortar y corresponderá al periodismo mantenerse alerta.

Veo también a mi retorno –aunque ya se preveía desde finales del alo pasado e inicios de éste- que la televisión local se ha calentado. Demasiado calentura para gente tan gélida. Pero en los últimos años veo con desagrado que se convierten en conductores(as)-directores(as) gente que no califica ni siquiera para reporteros. “He visto los programas de la televisión y la producción me parece pobre”, me dijo un colega extranjero hace algunos días cuando le solicité un comentario sobre la selva de programas que existe en la floresta. Por eso se explica que –con las excepciones que confirman la regla- hayan proliferado los bodrios televisivos que pasan desapercibidos porque no tienen ningún otro propósito que subsistir. Me refiero a quienes lo dirigen y conducen.Sirvan estos dos temas para reiniciar mi trabajo en esta columna que espero sea diaria y donde seguramente habrá logros y complacencias que da el saber que se cumple con el deber y que se tendrá siempre como textos de cabecera a quienes –como Beto y Pedro- han hecho del periodismo un desenfado total. Y no sólo ellos, por supuesto. Pues Francisco Igartúa, Luis Jochamowitz, Phillip Butters, Milagros Leiva, Chema Salcedo, Ricardo Uceda, entre otros, con sus experiencias y buena onda deben servir siempre de motivación para, qué carajo, escribir cada vez mejor. Pues periodista que no escribe mejor que se dedique a otra cosa. Y vaya que conozco a varios que aparte de no escribir sienten orgullo de no hacerlo.

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