periodismo loreto

Articulos escritos por el periodista Jaime Vásquez Valcárcel desde Iquitos, capital de la Amazonía peruana.

Tuesday, February 13, 2007

Jalón de orejas

Desde Arequipa Héctor Tintaya nos jala las orejas. Digo nos jala porque la visita de Mario Vargas Llosa demostró que como ciudadanos no estamos preparados para tan ilustre visita. Y la prensa, con las evidentes excepciones, tampoco lo está porque los redactores de calle de la mayoría de ellos están en la calle y no leen ni los periódicos. Menos se les podrá pedir que lean alguna obra literaria. Es cruel decirlo. Pero no queda otra.

Enterados de la llegada de Mario Vargas Llosa cualquier profesor o catedrático que tenga a su cargo la asignatura de Literatura hubiera pugnado por conversar con el escritor. Cualquier estudiante universitario que pretenda formarse para profesor hubiera hecho todo lo posible por recibir aunque sea un breve saludo de uno de los escritores de habla hispana contemporáneos más fértiles que haya dado nuestra literatura. Y si el sábado tres de febrero a todos cogió de sorpresa la visita del autor de “Las travesuras de la niña mala”, no se puede decir lo mismo del sábado 10, cuando Vargas Llosa regresó de su periplo por los ríos amazónicos. Y si alguien aduce que no conocía de la visita, peor aún. Porque demostraría que está fuera de la realidad. Ni siquiera los que se dicen paladines de la cultura o que dicen encontrarse en la vanguardia de las actividades culturales se hicieron presentes. Más por mezquindad que por ignorancia.

La excepción la dieron dos damas. Una por razones sentimentales y otra por razones protocolares. Pero ambas dignas de resaltarse. La señora Chela es la viuda de Julio “El chino” Alarcón, quien al decir del propio Vargas Llosa le fue de mucha utilidad para recopilar los datos que posteriormente lo transformaría en “Pantaleón y las visitadoras”. No sólo porque había sido mi compañero en el Colegio Leoncio Prado sino porque se conocía todos los lugares de Iquitos y a todos entraba con facilidad, dijo el escritor, quien emocionado de ver a la esposa de quien fuera uno de sus mejores amigos llamó a Patricia Llosa, su esposa, para presentarle a Chelita y mostrarle el obsequio que tuvo a bien llevar. En este momento ya Chelita no sabía a donde llamar para mostrar su felicidad. No era para menos, pues ver a uno de los mejores escritores emocionarse es por demás emocionante. La alcaldesa de San Juan, Mirna Villacorta, fue otra de las que puso –felizmente- la nota discordante. Porque fue la única autoridad política que visitó al escritor. Y don Mario Vargas sólo tuvo palabras de agradecimiento y buenos deseos para con Mirna. Espero que solucione los problemas de su pueblo que me imagino son muchísimos, le dijo. Los periodistas ahí presentes también nos emocionamos.

Y uno se pregunta ¿Otras instituciones públicas no tienen oficinas de Cultura, de Imagen o de Protocolo? Claro que lo tienen pero están en otra. Porque no por un aprovechamiento de la figura del escritor sino que como ciudad debemos comportarnos de acuerdo a las circunstancias. Sé que la autoridad regional tuvo todas las intenciones de dar un reconocimiento al escritor pero que los funcionarios caminan –como en la mayoría de sectores- a un ritmo diferente al de la máxima autoridad.

Por eso el jalón de orejas que desde Arequipa nos propinó Héctor Tintaya sin estar dirigido hacia este diario y menos a este escribidor, lo he sentido así porque otra vez he sentido vergüenza ajena.

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