periodismo loreto

Articulos escritos por el periodista Jaime Vásquez Valcárcel desde Iquitos, capital de la Amazonía peruana.

Wednesday, December 20, 2006

Pellizcado

Soy un convencido que la libertad es la madre de todos los vicios pero también de todas las bondades. En uso de esa libertad Gregoire Ross Lozano una mañana cogió su cámara de video y se fue al Hospital Regional de Loreto a buscar algunas historias que sean las de niños o niñas que por su enfermedad tengan una forma diferente de vivir la Navidad. A Ross, que gusta de los paisajes dantescos y tenebrosos, le encontré aquel mediodía compungido y decidido a dar lo poco que tiene para provocar una sonrisa de alegría en el rostro de Rider –un joven de 15 años que padece una terrible enfermedad-. “Yo le voy a comprar su polo del Boys”, me llegó a decir y no le tomé importancia debida. “Qué bestia esos casos, Jaime”, me insistió y tampoco le tomé importancia merecida. Estaba en otros asuntos y me limité a decirle que deje todo preparado para que Douglas Flores editara el informe. “Mañana es cumpleaños de uno de esos niños y le quiero llevar una torta”, me dijo y tampoco le tomé importancia. Al final de la tarde sugerí a Douglas que pusiera al informe una música impactante, que debemos mostrar los casos lo más humanamente posible. Y lo dejé ahí.

Jueves, 10 de la noche. Coincidimos con Potrillo que antes de entrevistar al chullachaqui mayor, Dorian Fernández, debemos pasar el informe de los niños del hospital. Como ya es casi una costumbre no había visto el reportaje. Y mejor que así haya sido. Mientras se transmitía confieso que se me querían salir las lágrimas y tuve que levantarme de la mesa de conducción. Eso me permitió ver a Paco, Fresia y Rosa –que estaban en el canal acompañando a Dorian- totalmente impresionados con los testimonios. Dorian me dijo que sin anuncio de ningún tipo él se comprometía a llevar algo de alegría a esos niños y la torta de cumpleaños. Una señora llamó al canal para decir que ella también daba una torta. Varias llamadas más. Yo me limité a decir que habíamos decidido ir al día siguiente llevando alegría a esos niños. Rider, Octavio y Diana. Los niños que Gregoire escogió para su informe sobre cómo pasarán la Navidad.

Viernes 11 de la mañana estaba haciendo otras cosas y la gente de producción del programa y otros voluntarios estaban en el Hospital Regional listos para la jornada. Gregoire Ross ya había comprado algunos regalos y el polo del Boys que tanto deseaba Rider. Dorian llegó con varios minutos de retraso y los niños nos esperaban en la Sala de Pediatría. Algunas señoras llegaron con regalos y torta. También me dirigí al Hospital. Chichi Fernández se puso la nariz roja y encontró a varios niños que se sumaron a la caravana. Qué capacidad histriónica de Chichi. Qué manera de ser solidario con la gente. Y con él, todos. Cantamos, reímos y conversamos con Rider, Octavio y Diana. Al primero le terminaban de bañar, al segundo lo sacaron de cuidados intensivos y a la tercera tuvimos que entregarle sus juguetes, torta y panetones en la cama porque no puede sostenerse de pie. Todos nos regalaron una sonrisa y nos demostraron –una vez más- que la solidaridad no es una palabra hueca. Es concreta y tiene rostro.

Han transcurrido varias horas desde aquella mañana pero –confieso- que ha sido uno de los momentos más hermosos de mi vida. Porque de una idea personal –la de Ross- hicimos una cuestión colectiva. Con toda la gente de Audiovisual metida en el asunto. Y está bien que así sea. Porque me conmoví cuando Diana ante la pregunta de qué deseaba que Papá Noel le diera como regalo esta Navidad dijo con la inocencia dibujada en el rostro: “que me sane, que me ayude a sanarme”. Y con más inocencia todavía ante la pregunta qué le pediría a la gente agregó: “que me de un pedacito de panteón”. O cuando Rider pidió como su mayor deseo “tener el polo del Boys”. Ésas son historias que conmueven y hace pensar de una manera diferente esta y todas las navidades. Es decir, pensar en los demás, pensar en el otro. Y cuando a veces granpuetamos de nuestra suerte porque no podemos adquirir la moto de moda, el televisor de última generación o por ahí nos sale mal un bussines, sólo bastaría con dar una vueltita por Pediatría del Hospital Regional para saber que en medio de todas las adversidades debemos agradecer por lo que somos y comprender a los demás. O cuando renegamos porque nuestros hijos se portan mal y lloran porque no tienen el regalo que desean. Ahí, siempre, pensaré en Rider y su polo del Boys, en Diana y su deseo de mejoría, en Octavio y sus manitos con sondas. Ellos, de alguna forma, me han pellizcado la piel, me han pellizcado el alma. Y me han hecho comprender con mis cuatro décadas a cuesta que es mejor dar que recibir, aunque nos tengan que pellizcar para ello.

2 Comments:

At 10:12 AM, Anonymous Anonymous said...

la verdad! es hermoso lo que cuenta y aun mas hermoso la accion que hicieron, porque le voy a ser sincera, usted una persona tan juerguera pero a la vez tan bueno en lo que hace y me refiero a su trabajo, nunca me podria imaginar que usted, el señor Jaime Vasquez Valcarcel haga tal accion, me enternecio el alma su gesto y nunca pude pensar que haga tal tipo de accion. Realmente que me sorprendio y no solo a mi, tambien a mi familia que lo conoce y a mucha gente mas. solo me queda decir que este tipo de accion se deberia hacer todos los dias del año.

 
At 10:14 AM, Anonymous Anonymous said...

la verdad! es hermoso lo que cuenta y aun mas hermoso la accion que hicieron, porque le voy a ser sincera, usted una persona tan juerguera pero a la vez tan bueno en lo que hace y me refiero a su trabajo, nunca me podria imaginar que usted, el señor Jaime Vasquez Valcarcel haga tal accion, me enternecio el alma su gesto y nunca pude pensar que haga tal tipo de accion. Realmente que me sorprendio y no solo a mi, tambien a mi familia que lo conoce y a mucha gente mas. solo me queda decir que este tipo de accion se deberia hacer todos los dias del año.

 

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