Aseguren su trasero

Una de las cosas maravillosas –entre tantas, por supuesto- que nos proporciona Internet es que nos podemos enterar de todo y, si queremos, seguir el paso a las frivolidades de los personajes más connotados del mundo. Así, nos enteramos que Jennifer López, esa artista que recorre el mundo acompañando a su no menos famoso esposo Marc Anthony, en un arranque de pedantería femenina aseguró su trasero –otros lo llamarían simplemente culo- en seis millones de dólares. Todo porque la portadora de tan voluptuosa figura ha sido elegida como la dueña del “Mejor trasero femenino” por la revista internacional Oxygen. Hoy esa llamativa parte del cuerpo tiene su precio en el sistema financiero. Al explicar escuetamente sobre cómo mantiene su trasero la esposa de Marc dijo que se debe a la danza que practica constantemente.
Yo me imagino que en nuestra farándula y política locales también podría encontrarse personalidades que aseguren el trasero no sólo como una forma de llamar la atención sino de ganarse alguito de prestigio. Y, a costa de parecer hasta huachafo, al leer la información sobre Jennifer me he puesto a alucinar sobre los traseros locales donde en algunos casos, por razones obvias, no mencionaré la identidad de las propietarias de esa parte del cuerpo donde la espalda deja esa denominación.
Yo sugiero que en primer lugar la cantante Stefani Pérez Ramírez, la nueva y sensual voz femenina del Grupo Tran-C, siga los pasos de Jennifer no para buscar su Marc Anthony charapa sino para buscar inmediatamente una entidad bancaria y asegurar esa parte del cuerpo que muchos admiran con cierto disimulo en “La Parranda”. También deberían seguir esa línea las vocalistas de “Explosión”, Bettina Alván y Ofelia Chávez, porque han demostrado que tienen un trasero digno de tomarse en cuenta en cualquier entidad financiera que se encargue de asegurar esta parte del cuerpo. También entraría en esta corriente aseguradora el trasero de Alice, la bailarina que en el escenario es diametralmente distinta a como se la ve en la calle y que sin querer queriendo se ha convertido en la decana de las bailarinas del orgullo amazónico.
Si ingresamos temerosos y temerariamente al terreno político debemos sugerir que por lo menos dos ex regidoras de la MPM, hoy seguramente alejadas del ruido político, podrían acceder al pedido de asegurar el trasero. Ambas se catalogaron de independientes durante la desastrosa gestión que las tocó acompañar pero seguramente tendrán sus ahorritos para asegurar una parte del cuerpito. Nadie se opondrá tampoco a la sugerencia que hagamos para que una conocida ex candidata del partido del pueblo y destacada profesional de la Odontología asegure su trasero no sólo por un snobismo mundial sino porque podríamos hacer noticia como la ciudad donde nuestras mujeres han decidido en mancha asegurar el trasero como una previsión de los que será la vejez y de esta forma asegurar una tercera edad que mantenga en primer nivel el trasero que poseen. La prensa nacional e internacional –criticada tantas veces por ocuparse de nuestras mujeres en forma despectiva- no tendría por qué negarse a hablar de los traseros charapas tal como hoy lo hacen de esa parte del cuerpo de Jennifer López y otras divas más.