periodismo loreto

Articulos escritos por el periodista Jaime Vásquez Valcárcel desde Iquitos, capital de la Amazonía peruana.

Tuesday, January 16, 2007

Explosión: carnaval de mi tierra

Cuando se habla de Explosión nunca se podrá ser reiterativo. Una vez más el orgullo amazónico nos llena de orgullo. Gracias a David Núñez, uno de los vocalistas que hizo de la picardía una expresión musical, y los muchachos –y muchachas, ¡qué muchachas!- el carnaval amazónico se adelantó en medio de tantos atrasadores. Al orgullo amazónico le debemos que en las calles de Iquitos y varios pueblos de la selva ya no se cante jamás eso de “para subir al cielo se necesita una escalera grande y otra chiquita” y la hayamos reemplazado por el loretanísimo “qué barbaridad, oye juanita les has hecho peer a mi amiga la cumpleañera”. A Explosión le debemos que ya no se cante jamás aquello de “mamá yo quiero, mamá yo quiero, mamá yo quiero mamáááááá, una chupeta, una chupeta porque el negro va llorar” y todos bailemos y cantemos con el charapísimo “sipi, sipi vas a llorar cuando veas que otra mujer (…) sigue con tu machaysiqui, haragán-maqui, bizarro-ullo, ahora sí que te has fregado cuchi yacu has de tomar”. Y uno ingresa al éxtasis al escuchar “don Sipito se encontraba en la fiesta de Explosión, nadie le sigue a bailar por millaypa y ponguetito” con la expresión máxima de nuestra riqueza oral llevada a la música como sólo Eliseo Reátegui –el no menos mozandero y jaranero “Solterito”- lo había hecho antes.

Junto con el aniversario de la orquesta del “manaller” Raúl Flores llega la fiesta de carnaval. Y eso es digno de resaltarse y el dueño de la orquesta debería ordenar a quien corresponda que por lo menos media hora continuada de pandillada sea la consigna y no se limiten a entregarnos 10 escasos minutos dejando en stand by a quienes gozamos echando maicena, chelitas –licor amargo y caro- y una que otra especie. Sólo estando en las fiestas de Explosión uno puede saber lo que es el carnaval de mi tierra. Saber que cuatro muchachas moviendo el esqueleto –claro que algunas tienen unos rollitos comprensibles- pueden emborracharle a uno con mareos cerebrales inclusive y con “jaquecas” al día siguiente, todavía.

Ahí no hay categorías sociales. En una misma rueda coincidimos obreros, empleados, gerentes, secretarias, funcionarios, desempleados. Claro que si de ahí sale un agarre por aquí otro agarre por allá, doña Naty Malafaya –esa creación heroica de David Núñez- no se va a molestar porque para esas cosas tampoco funcionan las jerarquías, mejor si es a ritmo de pandilla. Ahí no hay discriminaciones. Todos se mojan en este carnaval. Y a la hora de la chanchita no hay quién se salve. Alrededor de una caja de cerveza uno siente que el carnaval es la fiesta más popular. Y se olvida, por ejemplo, que Eduardo Aguilar apenas interpreta tres canciones en toda la noche y su salsa “un verano en Nueva York” es bella pero impertinente. Su “huayayayayayayyyyyyyy, huayayayayayayayyyyyyyyyy” es bailable pero mejor que espere para otra oportunidad. Ya es hora que Raúl Flores ordene que David Núñez nos entregue una hora de full pandilladas. Las esporádicas interpretaciones de la magnífica voz de Omar Santos, la inigualable vocalización de Herbert Vela, con estimulantes canciones de la insuperable Bettina Alván y la eterna voz de Ofelia Chávez deberían abstenerse de cantar durante 60 minutos para que la muchachada reviente de emoción. Que el respetable se ponga más shicshirabo que nunca y hombres y mujeres con las manos arriba –como sugiere Papo, el animador- llevemos la diversión hasta lugares planetarios y que ojalá nunca jamás autoridad alguna trate de impedir que el orgullo amazónico haga lo que sabe hacer: divertir a la gente.

Se han cumplido nueve años –todo un record para actividades de este género- desde que Explosión comenzó con lo que sería su carrera triunfal. Atrás quedó el maleficio de las orquestas de temporada. “Las orquestas duran pocos años en Iquitos”, dicen algunos entendidos. Y ponen como ejemplos a “Los Zheros”, “Pax”, “Fuego”, “Euforia”, “Laser”. Sí, tienen razón. Pero “Explosión” es otra cosa. Explosión te (me) hace perder la razón. El carnaval amazónico es otra cosa con “Explosión”. La gente es otra cosa en este carnaval iquiteño, carnaval de mi tierra, con orgullo, señores. Porque sin decretos, sin Ño Carnavalón de por medio, la gente baila y goza. Explosión manda y nadie demanda, aunque en verdad mi cuerpo demanda una melodía explosiva mientras Raúl Flores es considerado un hombre exitoso y por ello es apreciado por este articulista, aunque otros antes de apreciarlo lo envidian.

1 Comments:

At 6:17 AM, Blogger Fiorella said...

definitivamente explosion es el orgullo amazonico, pero todo tiene su "pro y contra", puesto que la agrupacion musical llama la atencion tanto a escolares, jovenes, adultos y adultos contemproraneos, es uan serie de mezclas.... pero mi punto es hacer que los jovenes y me refiero a escolares de 13, 14, 15 a mas no confundan la libertad con libertinaje, pues el centro complejo de cni, tanto como el coa son puntos especificos para dar riendas sueltas a nuestros instintos y con ellas contraer enfermedas.....

 

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