periodismo loreto

Articulos escritos por el periodista Jaime Vásquez Valcárcel desde Iquitos, capital de la Amazonía peruana.

Wednesday, January 31, 2007

No seas Judas

La idea que tenemos de Judas Iscariote es de lo peor. Traicionero. Se vendió por 30 monedas. Luego, muy tarde, se arrepintió. La imagen bíblica y cinematográfica que poseemos de Judas es la de un viejo malvado que se aloca luego de haber entregado a Jesús a las manos de los judíos. Aunque lo hizo para que se cumpla la escritura. Para todos nosotros –criados bajo la enseñanza cristiana y católica- Judas es un hijodeputa.Sin embargo, el novelista y ex dirigente conservador británico Jeffrey Archer, nada contra la corriente. Al menos la corriente de El Vaticano, que ya es digna de resaltarse. Jeffrey publicará en marzo próximo un libro en el que trata de rehabilitar a Judas, el personaje más vilipendiado del cristianismo. El libro se llama "El Evangelio según Judas" y fue elaborado en colaboración con un destacado experto en asuntos bíblicos, el profesor australiano Frank Moloney.
Jeffrey dijo que siempre le asombró que calificasen a Judas de perverso y traidor. Yo tengo ese mismo asombro. El libro –aún sin publicarse- ya es controversial porque nos mostrará un rostro de Judas hasta hoy oculto y porque el autor también es controversial, pues no hay que olvidar que Jeffrey fue condenado en 1987 a cuatro años de cárcel por perjurio tras un pleito con un periódico que reveló sus relaciones con una prostituta.
Ya sabemos que el sector más derechista –que siempre manda en la Iglesia Católica- del Vaticano afirma que no hay que tocar las sagradas escrituras. Pero es preciso someterlos a nuevo examen. A los exámenes que sean posibles. También sabemos que para los cristianos, Judas es el discípulo de Jesús que le traicionó por treinta monedas de plata y luego se ahorcó avergonzado de su vileza. Pero en la versión que saldrá a la luz en marzo la decisión de Judas de entregar a su maestro no obedece a codicia sino a su creencia sincera de que Jesús era un líder ineficaz por incapaz de expulsar a los romanos de la patria judía.
Judas estaba decepcionado con Jesús como Mesías. Era un judío puro y duro que creía que sólo con la fuerza de las armas podría restablecerse el trono de David. Ambos autores afirman que Judas consideraba que Jesús estaba demasiado preocupado en ayudar a los enfermos y a los pobres en lugar de desembarazarse de los romanos. No se ahorcó sino que sobrevivió y contó lo ocurrido a su hijo, un tal Benjamín Iscariote, que escribió luego el correspondiente evangelio para hacer frente a los libelos propagados por los discípulos de Jesús sobre su padre. No había motivo para suicidarse porque un judío en particular no se quitaría la vida de esa forma, se afirma en el libro.
Para quienes consideramos que las interpretaciones libérrimas de los hechos históricos son mejores a las tradicionales no podemos más que coincidir con Jeffrey y Moloney, quienes –el segundo más que el primero- fueron siempre de la opinión de que las interpretaciones tradicionales de la traición de Judas son demasiado simplistas y reconocen no haber tenido empacho alguno en colaborarse mutuamente, aunque el mismo Moloney admitió que en varias ocasiones tuvo que “frenar” el ímpetu irreverente de Jeffrey. Y no se crea que el libro inaugura una polémica. Nada de eso. El mismo Papa Benedicto VVI reconoció que "la traición de Judas aún es un misterio". Con lo que, en palabras cardenalicias, quiere decir que lo que se afirma en el Evangelio –según los apóstoles Lucas, Pablo, Pedro o Juan- no es para tomarlo como axioma.
Para quienes podrían considerar que la obra de Jeffrey es producto de un anticatolicismo revivido tenemos que aguarles la fiesta. El ex arzobispo de Canterbury George Carey, dijo que la historia no trató con justicia a Judas y sobre el trabajo de Jeffrey y Moloney no dudó en decir que el libro puede hacer que muchos se "reconecten con la Biblia". El libro gustó también al ex arzobispo de Ciudad del Cabo y premio Nóbel de la paz surafricano, Desmond Tutu. Así que, católicos-cucufatos de Iquitos, no les pedimos que pongan la Biblia en remojo sino que las Sagradas Escrituras pueden dejar de serlo porque no se ajustan a la verdad histórica. Y si tomamos en cuenta el libro de Jeffrey podemos terminar con una concepción distinta a la que nos contaron sobre Judas y lejos de ser un insulto puede convertirse en homenaje aquella frase a la que muchas veces recurrimos como borregos y que dice: “No seas Judas”.

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