periodismo loreto

Articulos escritos por el periodista Jaime Vásquez Valcárcel desde Iquitos, capital de la Amazonía peruana.

Thursday, December 28, 2006

Herman Silva nos ilustra

ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcácel

Uno lee la sección de Economía del diario más grande del país y ve con asombro la cifra: “El Perú ha crecido 6.5%, la tasa más alta en ocho años y se prevé que para el 2007 la cifra se expanda a 7%”. Mamita, qué buenas cifras. Y eso que no hablamos de los saltos acrobáticos que dan algunos redactores cuando ponen en blanco y negro que las reservas nacionales se han incrementado y cada día crecen más. Pero no todo es color de rosa y no todo es cifra oficial, como bien lo sabe el propio Presidente Alan García que ha dicho que se hará otro censo porque el que tuvimos hace dos años no sirvió para nada. Plata tirada al agua en un país que no sólo se muere de sed sino que ya se ha acostumbrado a las frías cifras de los economistas de escritorio que nos leen sus datos como si los peruanos necesitáramos que alguien nos maquille el rostro de la pobreza.

Pero siempre habrá gente que no baile al son de las cifras oficiales. O, mejor dicho, siempre habrá alguien que diga toda la verdad, por más que ella sea dolorosa. Ese alguien está en nuestras narices y es un profesional que –para variar- ha llegado de otros lares. Don Herman Silva es Director del Hospital Apoyo Iquitos y desde ese rincón hospitalario nos ha dicho en nuestra cara pelada que un tercio de los niños en Loreto tiene desnutrición crónica. Es decir, nuestros infantes, esos que los políticos llaman demagógicamente “el futuro del Perú” no podrán desarrollar habilidades. En buen cristiano, hoy que estamos aún con la resaca de la fiesta navideña, esos niños no servirán para nada. Suena fea la frase pero es la purita verdad. Esos niños que mostramos como los rostros emblemáticos de nuestra floresta estarán en inferioridad de condiciones hasta de los que toman ese producto del Programa del Vaso de Leche que todos los estudios han demostrado que tampoco sirve para algo. Esos niños malnutridos a los que todos –y me refiero a la sociedad en pleno, sin excepciones- llevamos chocolate y panetón antes del 24 de diciembre, no podrán desarrollar habilidad físicas y, menos pues, mentales, intelectuales. Esos mismos niños ni siquiera podrán hacer comprensión lectora. No podrán comprender lo que leen. Entonces, para que les sirve aprender a leer cuando el sueño les vence a las 10 de la mañana porque no están alimentados para recibir el alimento de la lectura. Y esos niños tampoco podrán ingresar a las universidades, no porque carezcan de dinero para comprar el prospecto –que eso se puede obtener de alguna forma más o menos decente- sino porque no comprenderán nada de lo poco que reciben como clase en las aulas escolares.


El mismo Herman Silva –que maneja cifras sobre desnutrición y salud de una manera didáctica- afirma que la meta de Robinson Rivadeneyra, cuando empezó su gobierno hace cuatro años, fue reducir de 34 a 15 por ciento el nivel de desnutrición. Y que no sólo no ha disminuido sino que la desnutrición ha aumentado a tal punto que –ya no nos comparemos con otros países- los niños de Loreto tienen una diferencia de talla con respecto a los de Tacna de cinco centímetros. Y todos sabemos que la talla de los infantes está en relación directamente proporcional con el nivel de nutrición que puedan tener, con la salvedad –claro está- de los que por cuestiones genéticas no aumentarán su talla como los demás.


Y las cifras que entrega el doctor Herman Silva a quienes quieran escucharlo es para alarmarse porque del total de pobladores el 40 por ciento está entre los 0 y 15 años y de éstos el 20 por ciento es menor de 5 años. Y estos menores de cinco años tienen desnutrición crónica. Están condenados a ser ciudadanos de tercera clase, de última categoría. Aunque hablar de clase o de categoría para ellos no tenga la más mínima importancia porque, primero que ni siquiera se han enterado de su situación y los que sí lo están muestran total indiferencia para revertir esta realidad. Y, encima hay algunos periodistas que afirman incansablemente que la desnutrición es una batalla que debemos librarla todos. Mentira, grito desde el rincón de mi oficina. Mentira porque quienes manejan el presupuesto para combatir la pobreza son las autoridades y los funcionarios. Y muchos de ellos –me refiero a las autoridades o funcionarios-están preocupados en las cifras. Pero no en las de la desnutrición sino en las de la coima que, como se sabe, es uno de los males endémicos que trasladado al sector salud es triplemente criminal.Porque, siempre siguiendo el camino de las cifras que entrega Herman Silva, el mismo Banco Mundial ha realizado un estudio que le ha llevado a afirmar que de cada 100 dólares que se destina para los programas sociales, sólo 40 llegan a sus destinatarios, en el camino se queda 60. Y ese camino no se crea que es el de la empleocracia únicamente sino el de la corrupción y el de la coima que ha determinado –esto ya según un estudio realizado a nivel nacional en los diversos municipios del país- que el Programa Vaso de Leche que con tanto esfuerzo y visión instaló Alfonso Barrantes Lingán en Lima Metropolitana –cuando en este país los políticos acostumbraban a cumplir sus promesas electorales- y que lejos de toda mezquindad Fernando Belaunde lo expandió a todo el país no hace otra cosa que aumentar a los famélicos. Es decir, como sucede normalmente en nuestra patria, este programa tiene resultados distintos a los que motivó su creación y, como también sucede normalmente, hace multimillonarios a los políticos y empresarios mercantilistas que, encima, se rasgan las vestiduras, alardeando que programan chocolatadas para Navidad cuando los demás 364 días del año lejos de ser papanoeles son en verdad Herodes en todos los sentidos.

Wednesday, December 27, 2006

Turbulencia regional en varios frentes

El hecho que aún antes de asumir el cargo Iván Vásquez Valera tenga escollos que sortear puede ser un indicativo de lo que será la administración regional los próximos cuatro años. Como se recordará, el primer (des)encuentro se tuvo el mismo día de la elección cuando Robinson Rivadaneyra fue esperado en el local de FL y nunca llegó. Eso motivó que Norman Lewis del Alcázar dijera que “le hemos esperado en nuestra casa con toda la militancia y nunca llegó a pesar que tuvo la gentileza de llamarme para felicitarnos por el triunfo”. Luego el mismo Iván fue muy duro en los medios de comunicación cuando trató el tema de la venta de embarcaciones fluviales que motivó que el mismo Rivadeneyra anunciara que se suspendía cualquier venta porque no tenía su autorización. Con lo que se calmaron un poco las aguas para volverse más turbulentas cuando se abordó el tema de obras públicas. El Presidente electo sugirió que el actual presidente dejara de licitar obras porque comprometía el presupuesto del año 2007 y que lo más coherente sería que no hiciera este tipo de procesos. Ni corto ni perezoso el mismo Robinson con palabras fuertes salió a decir “que todo ladrón piensa que todos son de su condición”. A buen entendedor pocas palabras. Lewis del Alcazar, dijo que consideraba desatinadas esas expresiones y que demostraba que Robin no sabía perder y que, agárrense, también demostraba que no había aprendido nada en su paso por Fuerza Loretana. Después de esas puyas subidas de tono aparece la situación de los llamados “SNP” que, sin duda, será el principal dolor de cabeza inicial del pelachito.

Todo ello presagia un clima nada propicio para que la entrante administración planifique la solución a los grandes temas regionales. Y eso, en verdad, no sólo preocupa sino que es una advertencia que no se puede minimizar, como al parecer intentan hacerlo los de FL. Pues si bien es cierto que Iván Vásquez Valera en los últimos cuatro años no enfiló personalmente sus baterías contra la gestión de Robinson hay que admitir que a través de Radio Astoria fue durísimo con el líder de UNIPOL, lanzándole inclusive adjetivos fuertes que tenían que ver con su vida personal. También hay que reconocer que si el líder de FL no enfiló su artillería hacia la administración regional fue porque la persecución que le inició el Buenazo –con la evidente colaboración de “empresarios” que el mismo Iván ayudó a consolidar- le tenía atareado y hasta tuvo que esconderse ante una decisión judicial que luego fue cambiada. Pero, en términos generales, nunca se supo que Rivadeneyra e Iván estuvieran distanciados a tal punto de enemistarse, políticamente hablando. Hay quienes incluso afirman que estaban más cercanos de lo que pudiera pensarse. Sin embargo, los últimos dimes y diretes entre ambos confirmaría que si no están peleados al menos tienen caminos diferentes y cada uno lucha(rá) por su espacio propio. Y añadido a esto que Rivadeneyra es un político cuajado y visionario que estratégicamente está bien preparado quizás mucho más para hacer oposición que para ser gobierno. Recuérdese solamente su paso por el Congreso de la República y se comprobará que Mario Peña y Augusto Vargas, no le llegan ni a la zapatilla, para usar una expresión popular.

Con esta característica se puede predecir que Iván Vásquez Valera no tendrá las aguas calmadas en el frente externo y con relación al frente interno habrá que esperar la primera semana de enero para saber qué clima se presentará. Antes, todo será conjetura. Cuando ya se sepa los nombres de quienes ocuparán los cargos públicos se verá qué tan sólida está la organización. Se verá cómo actúan los que se consideran “desplazados”. Hoy lo único que se puede apreciar es un cierto grado de incertidumbre entre quienes se consideran con “derecho” a un puesto. Y por eso nos parece atinado que se “suelte” poco a poco los nombres de los funcionarios, como ya se ha hecho con Roy Meza, Luis Jiménez Huapaya y la propia Carmen Rosa Bardales. Todos ellos al parecer no han tenido resistencia ni de la militancia ni de la opinión pública, a juzgar por las primeras reacciones.

Otro de los frentes que no deberá descuidar Iván Vásquez Valera es el nacional. Es decir, cómo se moverá en las aguas de la Capital de la República que en buena cuenta son las aguas del centralismo. Consideramos que ha sido un error político el hecho que Vásquez Valera haya acudido al primer llamado que le hiciera el Presidente de la República, Alan García Pérez. Hubiera sido mejor que no se vaya. Si para otras cosas –como el hecho de pedir los expedientes técnicos de las obras- dijo que esperaba la entrega de credenciales, lo más lógico hubiera sido que diga lo mismo al Presidente de la República. Pues no es acudiendo al llamado de la primera autoridad que se puede ganar el respeto en las esferas capitalinas sino mostrando independencia. En este aspecto puede ser ilustrativa la actitud de Yehude Simon, presidente de la Región Lambayeque, que no sólo tiene a los ojos de la opinión pública nacional una gestión exitosa sino que demuestra independencia y resultados electorales que le han valido ser uno de los pocos presidentes regionales reelectos. Además, sabido es que aquellas expresiones del doctor Alan García de “A Iván lo conozco y ha sido un Alcalde exitoso” fueron dichas en un espacio-tiempo-histórico extemporáneo, más producto de los intereses presidenciales que de la evaluación como Alcalde Maynas. También en este frente nacional sería adecuado mirar el ejemplo de Simon que ha dicho recientemente que propiciará un encuentro entre autoridades regionales del Norte donde se buscará armonizar criterios para dialogar con el gobierno central “de igual a igual”. Simon ya está pensando en un escenario macroregional que le permita llegar a acuerdos que luego serán planteados en conjunto al Ejecutivo sin la necesidad de llegar “a una situación de choque o confrontación”.

Se avecina, pues, cierta turbulencia regional en varios frentes y, si bien es cierto que el nuevo Presidente Regional de Loreto tiene físicamente una frente amplia, podría demostrar que no tiene la misma característica para gobernar la región que requiere, aparte de dinamismo y voluntad, conocimiento de los detalles para tomar decisiones. Aquí hemos pergeñado sólo tres de ellos. Hay muchos más, sin duda.

Orgullo amazónico

Siempre he considerado que ir a escuchar a Explosión es una cosa seria. Claro que hacerlo ebrio es a veces más divertido que hacerlo con cierta ecuanimidad. Como un aficionado más mi sobrino compró dos boletos por diez soles la víspera de la Nochebuena con el propósito de pasarla bien. Lo primero que encontramos fue una Betina un poquito subidita de peso, pero con la misma voz sensual de sus inicios y desde cuya cuerdas vocales hasta el portugués más arcaico se hace melodioso. Después, viendo bien, nos dimos cuenta que Alice, la bailarina más sensual y contorsionadora que estos ojos hayan visto, ha regresado para beneplácito de quienes la admiramos y nunca la tocamos. Volvió, me dijo alguien, porque el novio que tenía y quien nos había privado de apreciarla, ya no era más su novio. Celebramos ese rompimiento en nombre del baile y la diversión. Bienvenida de vuelta Alice y ojalá el próximo novio que se cruce en tu camino no sea tan celoso y anticuado. “Hay poca gente porque se están guardando para Navidad”, nos dijo el vendedor de cervezas y no nos quedó otra que esperar al día siguiente, no sin antes escuchar que el bullicioso Papo nos invitara a comprar un celular movistar porque están baratos. “Eso ya me suena a publicherri”, dijo él mismo. Antes de la partida una vueltita por el área chica nos hizo comprobar que los sapasos de ambos sexos están en el extremo derecho, ahí juntito a los fundillos de las siete bailarinas. No podíamos faltar en la Nochebuena.
Después de la cena en nombre del niño Dios fuimos con Iván –mi sobrino- a comprobar que la cena mayor estaba en el Complejo. Claro, la entrada estaba unos soles más que la noche anterior. Esta vez tuve que pasar por caja y entregar 15 soles por los dos. La gente hacía cola. Eran las dos de la mañana y parecía que recién empezaba la jarana. Una docena de chicas solas ingresaba por la punta izquierda. Una decena de muchachos entraba por el lateral derecho. Medio en la penumbra Raúl Flores, el dueño de Explosión, celebraba la Navidad con un trago escocés y un pequeño grupo de amigos, mientras el vendedor de cerveza se quejaba porque “hace 30 días han dejado 15 cajas de Barena y sólo ha salido una caja”. Hay niñas que no pasan los 18 años que llegan con el mejor vestido de la temporada y, a su lado, unos lobos que sacan la billetera y ponen una caja al centro. Hasta se dan el lujo de buscar bronca tirando al aire el líquido elemento. A un costado nuestro una chiquilla que bien sanita y santita implora a un pata para que no se moleste por haberla encontrado en el Complejo. “Yo no soy como mis amigas”, llegó a escuchar mientras Ofelia Chávez más oportuna que nunca dice: “es mentiroso ese hombre, es mentiroso”. La pareja se va a un costado al notar que acerco la oreja y un rato después pasan empujándome y agarraditos de la mano. Ya están en la pista de baile y de ahí los rumbos del amor pueden seguir caminos más revoltosos. Ya son las tres de la mañana y un pata con blue jean, zapato negro y un polo nada llamativo de la selección holandesa empina el codo como no lo haría nunca el número 11 de los otrora “naranja mecánica”. Pocos minutos después un borrachito es llevado en vilo por dos amigos pero no suelta para nada la toalla de Sporting Cristal que sostiene en el cuello. Tremendos jugadores. Ya son las cuatro y Herbert Vela nos deleita con el idioma de Hemingway que haría levantar al escritor norteamericano. Pero en este caso no importa el idioma sino el son y eso es lo que sobra. “Tropic Service es la mejor empresa de refrigeración”, dice Papo. Lo que es un aviso que al menos Juanín Pinto está en la pista de baile, aunque no sea para bailar. Son las cuatro de la mañana y el negro Colao sigue con las pilas puestas. “Cómo se pide salsa”, llega a decir antes de interpretar la música afro-peruana-caribeña-americana. Son las cuatro y media y esto debe terminar a las cinco de la mañana le digo a mi sobrino y mejor nos vamos porque de lo contrario muchas cosas se pueden terminar –como la paciencia de Mónica- en mi casa. Salimos raudos no sin antes gozar con la interpretación de David Nuñez y su poupurri regional donde ha cambiado de ritmo a las composiciones de Javier Isuiza. Así que aquello de “sipi sipi vas a llorar cuando veas que otra mujer…” nos invita a quedarnos pero hay deberes sagrados que cumplir. Raúl Flores sigue con el mismo trago de toda la noche y más que una Nochebuena parece un día de guardar para el dueño de Explosión.
Después de tanta jarana el lunes será de descanso. Se supone. Llegamos a las 8 de la noche al COA y ya se ha sumado a la comitiva un sobrino más –Memo- y como todo tío que se respete meto la mano a la billetera y los 15 soles sólo sirve para el ingreso. Al costado de la puerta Icho –el administrador de la orquesta- y el dueño conversan sonrientes de oreja a oreja. Tienen motivos para estar alegres. Llevando alegría a la gente ellos alegran sus bolsillos. La noche-madrugada anterior ingresaron más de 6 mil personas al Complejo. Tocaron hasta las seis y media de la mañana. Miles de botellas de cerveza se vendieron. Aunque “la Barena” sigue varada y sólo es consumida por gargantas delicadas y bolsillos más amplios. “Cómo ha engordado Totti” me dice mi sobrino y señala un tipo con la casaquilla del futbolista pero en versión obesa, charapa y –encima- ebria. Herbert Vela revienta el escenario melodiosamente con un combinado del rock peruano que marcó época. “Yayayayayayayaya, yayayayayay, yo vivo por Magdalena…” está para llorar de diversión. El escenario revienta de éxtasis. Son las 11 de la noche y la orquesta tocará hasta las 12 de la medianoche. “Porque la gente mañana tiene que trabajar”, nos dice uno de los organizadores. Mientras empleados cargan planchas de hielo porque “en el bar tres falta cerveza, Raúl”. Nutrida, expresiva, explosiva la gente.
Tres noches –sin un trago encima- escuchando a Explosión me demuestra una vez más que es el mejor grupo musical y es –sin ordenanzas ni decretos de por medio como se hizo para “la perlita de Iquitos” para denominarla como emblema de la ciudad- el orgullo amazónico. Porqué dirán los incrédulos y los envidiosos del éxito ajeno. Por varias cosas. Porque congrega miles de personas, hace vibrar a grandes y chicos, porque da trabajo a cientos de personas –uno de ellos que tiene 73 años y recoge las botellas vacías, me dice: “me mantengo así por el ejercicio que hago en estas fiestas”-, porque ha vuelto Alice para nunca más irse de las tablas, porque hace que Bettina siga saludando con su manita inocentona, porque une a burgueses y proletarios en torno a una pandilla loretana, porque me permite demostrar a mis sobrinos que aunque el tiempo pase y se nos vaya la vida la música, así interpretada, es un orgasmo público e impúdico. Y, todavía, este viernes 29 habrá bailongo con entrada gratis como una especie de Thanksgiving charapa, claro que las chelas costarán igual, no habrá pavos como el cuarto jueves de noviembre en Estados Unidos, pero sí varios paveros, entre los que espero estar porque –confieso- nunca he pagado tanto para ver a Explosión y nunca me he divertido tres días seguidos sin probar trago alguno.

Wednesday, December 20, 2006

Pellizcado

Soy un convencido que la libertad es la madre de todos los vicios pero también de todas las bondades. En uso de esa libertad Gregoire Ross Lozano una mañana cogió su cámara de video y se fue al Hospital Regional de Loreto a buscar algunas historias que sean las de niños o niñas que por su enfermedad tengan una forma diferente de vivir la Navidad. A Ross, que gusta de los paisajes dantescos y tenebrosos, le encontré aquel mediodía compungido y decidido a dar lo poco que tiene para provocar una sonrisa de alegría en el rostro de Rider –un joven de 15 años que padece una terrible enfermedad-. “Yo le voy a comprar su polo del Boys”, me llegó a decir y no le tomé importancia debida. “Qué bestia esos casos, Jaime”, me insistió y tampoco le tomé importancia merecida. Estaba en otros asuntos y me limité a decirle que deje todo preparado para que Douglas Flores editara el informe. “Mañana es cumpleaños de uno de esos niños y le quiero llevar una torta”, me dijo y tampoco le tomé importancia. Al final de la tarde sugerí a Douglas que pusiera al informe una música impactante, que debemos mostrar los casos lo más humanamente posible. Y lo dejé ahí.

Jueves, 10 de la noche. Coincidimos con Potrillo que antes de entrevistar al chullachaqui mayor, Dorian Fernández, debemos pasar el informe de los niños del hospital. Como ya es casi una costumbre no había visto el reportaje. Y mejor que así haya sido. Mientras se transmitía confieso que se me querían salir las lágrimas y tuve que levantarme de la mesa de conducción. Eso me permitió ver a Paco, Fresia y Rosa –que estaban en el canal acompañando a Dorian- totalmente impresionados con los testimonios. Dorian me dijo que sin anuncio de ningún tipo él se comprometía a llevar algo de alegría a esos niños y la torta de cumpleaños. Una señora llamó al canal para decir que ella también daba una torta. Varias llamadas más. Yo me limité a decir que habíamos decidido ir al día siguiente llevando alegría a esos niños. Rider, Octavio y Diana. Los niños que Gregoire escogió para su informe sobre cómo pasarán la Navidad.

Viernes 11 de la mañana estaba haciendo otras cosas y la gente de producción del programa y otros voluntarios estaban en el Hospital Regional listos para la jornada. Gregoire Ross ya había comprado algunos regalos y el polo del Boys que tanto deseaba Rider. Dorian llegó con varios minutos de retraso y los niños nos esperaban en la Sala de Pediatría. Algunas señoras llegaron con regalos y torta. También me dirigí al Hospital. Chichi Fernández se puso la nariz roja y encontró a varios niños que se sumaron a la caravana. Qué capacidad histriónica de Chichi. Qué manera de ser solidario con la gente. Y con él, todos. Cantamos, reímos y conversamos con Rider, Octavio y Diana. Al primero le terminaban de bañar, al segundo lo sacaron de cuidados intensivos y a la tercera tuvimos que entregarle sus juguetes, torta y panetones en la cama porque no puede sostenerse de pie. Todos nos regalaron una sonrisa y nos demostraron –una vez más- que la solidaridad no es una palabra hueca. Es concreta y tiene rostro.

Han transcurrido varias horas desde aquella mañana pero –confieso- que ha sido uno de los momentos más hermosos de mi vida. Porque de una idea personal –la de Ross- hicimos una cuestión colectiva. Con toda la gente de Audiovisual metida en el asunto. Y está bien que así sea. Porque me conmoví cuando Diana ante la pregunta de qué deseaba que Papá Noel le diera como regalo esta Navidad dijo con la inocencia dibujada en el rostro: “que me sane, que me ayude a sanarme”. Y con más inocencia todavía ante la pregunta qué le pediría a la gente agregó: “que me de un pedacito de panteón”. O cuando Rider pidió como su mayor deseo “tener el polo del Boys”. Ésas son historias que conmueven y hace pensar de una manera diferente esta y todas las navidades. Es decir, pensar en los demás, pensar en el otro. Y cuando a veces granpuetamos de nuestra suerte porque no podemos adquirir la moto de moda, el televisor de última generación o por ahí nos sale mal un bussines, sólo bastaría con dar una vueltita por Pediatría del Hospital Regional para saber que en medio de todas las adversidades debemos agradecer por lo que somos y comprender a los demás. O cuando renegamos porque nuestros hijos se portan mal y lloran porque no tienen el regalo que desean. Ahí, siempre, pensaré en Rider y su polo del Boys, en Diana y su deseo de mejoría, en Octavio y sus manitos con sondas. Ellos, de alguna forma, me han pellizcado la piel, me han pellizcado el alma. Y me han hecho comprender con mis cuatro décadas a cuesta que es mejor dar que recibir, aunque nos tengan que pellizcar para ello.

Tuesday, December 19, 2006

Prefectura contaminada

ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel

Al escuchar las palabras del Prefecto sobre la contaminación del río Corrientes y decir –entre otras barbaridades- que lo que debe interesar es la generación de empleo desconociendo que antes que ese derecho laboral está el derecho a la vida no he podido ocultar mi estupor. Porque justificar la contaminación que provocan las empresas petroleras en los pueblos amazónicos es simplemente desconocer la realidad. Pero como el Prefecto no la desconoce, pues en varias oportunidades visitó la zona debemos presumir que existen otras poderosas razones para que defienda a quienes tienen medios para ello y deje desamparados a quienes precisamente debería defender. Más allá de la anécdota de sus declaraciones don Joaquín Planas Morelli debería saber, por ejemplo, que recientemente la organización Caritas Internacional denunció la explotación de las riquezas del subsuelo en el Perú, que son vendidas a precios de remate mientras que la población acaba envenenada. Es un sistema injusto por donde se lo mire.

"Perú no es un país pobre, sino un país de pobres", sostiene la organización eclesiástica que reclama una participación más equitativa de la población peruana en los beneficios de la explotación del subsuelo. La minería es el ejemplo más dramático de cómo la población queda excluida de los beneficios de la actividad económica mientras que sus exportaciones son vendidas en los mercados internacionales a precios de remate. Perú es el tercer productor mundial de cobre y zinc, el segundo de plata y el quinto de oro. Por la riqueza de su subsuelo, Perú pertenece a los 7 países más ricos en recursos naturales. Cuenta con un 30% de las reservas mundiales de oro y 16% de las de plata. Toda esta riqueza, como lo es el petróleo, sirve para engordar las ganancias de las transnacionales en desmedro de los pobladores peruanos que, paradójicamente, no sólo se envenenan sino que tienen el estómago vacío.

Por ejemplo en La Oroya hay que imponer medidas urgentes de saneamiento para contener los daños medioambientales. El suelo está fuertemente contaminado y podría decirse que el agua está envenenada, ha dicho un experto de Caritas Internacional. La trasnacional estadounidense Doe Run se estableció en la región en 1922 y actualmente da empleo a unas 3.500 personas. Procesa enormes cantidades de minerales provenientes de minas de todo el país. En esa localidad se respira un aire enrarecido y pestilente, azufre mezclado con polvo que ha manchado ya las paredes del pueblo. Según varios estudios, entre ellos el realizado por la Universidad de San Luis, las enfermedades que padecen los mineros y sobre todo los niños y los ancianos, se debe a las emisiones de dióxido de azufre, plomo y arsénico que expiden las chimeneas del complejo metalúrgico. Son los llamados "niños de plomo", que presentan altas concentraciones de plomo en la sangre.

Luis Campos Baca, recién juramentado como Presidente del IIAP, ha mostrado un estudio donde se establece que la presencia de cadmio y plomo en el organismo de los pobladores ribereños donde operan las compañías petroleras los condena a la muerte. Eso dicen los estudios. Qué curiosidad y desastre, ¿no? Mientras en Iquitos todos nos peleamos por conseguir más porcentaje del canon petrolero y hasta se realizan marchas con ese propósito los ribereños de donde se saca el oro negro están condenados a muerte. Todas estas cifras deberían llevar a una profunda reflexión al Prefecto porque antes que defender el trabajo tiene que defender la vida. Si hace lo primero tendrá a las empresas petroleras de su lado pero si hace lo segundo tendrá –o debería tener- a todos. No hay razones para ponerse de espalda a los pobladores. Hay que defender la vida.

Epílogo: El gobierno acaba de ampliar ayer lunes 29 de mayo el plazo para que Doe Run implemente su plan ambiental que tiene una inversión pendiente de 172 millones de dólares, adicionales a los 62 millones de dólares que ya se invirtió. Según estudios de Doe Run y del Ministerio de Salud de Perú, un 99,9 por ciento de los niños menores de seis años tiene altos niveles de plomo en la sangre, lo que puede causar graves enfermedades como cáncer o parálisis. Qué barbaridad.

Monday, December 18, 2006

Una respuesta buenaza

ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel

Hemos recibido esta carta que por cuestiones de espacio la publicamos en nuestra columna

Señor Director:

Nos hemos enterado que una autoridad ha iniciado una querella contra el columnista de este diario y ante ello nos hemos reunido de emergencia para emitir este pronunciamiento que esperamos pueda ser publicado lo más pronto posible. Señor, deploramos que una autoridad se meta con una de las frutas más sabrosas del mundo, que lleve al Poder Judicial un caso que debería ser visto por otras instancias. Es por todo conocido que más allá de falsos regionalismos y de respeto a las frutas regionales, fresa es de uso común hasta en la selva. En plena esquina de la Plaza 28 de Julio se puede tomar un jugo de fresa a precio baratísimo. Tan rica es la fresa que hasta los famosos chupetes “Shambo” lo venden en diferentes precios. Y el Aris Burguer tiene como uno de sus productos más vendidos al milkshake de fresa. Entonces no entendemos cómo una autoridad le impone una querella que es admitida por una jueza. Con todo respeto por la frutas regionales tenemos que decir que preferimos una fresa a, por ejemplo, un caimito que deja pegajosa la boca, un zapote que deja con hilachas en los dientes, un ungurahui que deja con manchas la lengua, un tapisho que tiene puntas que impiden disfrutarla, un aguaje que dicen tiene poderes nada varoniles, un parinari que tiene un olor nada agradable, una piña que de un momento a otro se fermenta pero que chicha, una papaya que siempre la venden tirada en el suelo, una guaba que sólo sirve para ser el apodo de los flacos y flacas y la mayoría de veces está podrida por dentro. Todas esas frutas regionales. Pero entre las que llegan de la capital de la República, del centralismo asfixiante, preferimos una fresa antes que una manzana que como todos saben desde que fue la disputa entre Adán y Eva no se salva de esa maldición. Preferimos una fresa antes que las uvas que desde que tiene esa leyenda del zorro y las uvas verdes no goza de nuestra confianza. La sandía es sabrosa pero sólo sirve para comerse en rajas y cuando se quiere un refresco parece un purgante. La pera que desde que sacaron esa adivinanza de verde por fuera y blanco por dentro nos tiene reventados. La tuna que desde que sacaron esa canción con “yo no me comeré esa tuna” ya nadie le hace caso. La naranja no goza de nuestra confianza porque todos la usan para negar cualquier cosa con aquello de “naranjas”. El membrillo ni siquiera llega como debe ser a Iquitos porque nadie le hace caso por se tan ácido. La guanábana que viene desde la Costa nunca será tan rica como la anona de la Selva, pero sólo aparece por temporadas. Podríamos seguir con esta relación. Pero entendemos que no tienen mucho espacio y queremos en esta última parte mostrar algunas bondades de la fresa como aquello de colocarse siempre en toda torta que se respete. ¿Quién no ha dicho a una muchacha que quiere conquistar “te pareces a una fresa”?. Es decir, para el amor y el sentimiento siempre estará la fresa presente.

Por todas estas consideraciones las frutas del Perú y el mundo nos hemos reunido de emergencia para emitir este pronunciamiento de respaldo a una de las frutas más exquisitas y dejando de lado nuestras propias envidias y disputas de estación queremos decir con toda la fuerza de la naturaleza que por más querellas y estrategias en su contra, nadie amilanará a nuestra fruta símbolo que seguirá siendo en forma vitalicia nuestro vocero no sólo en Iquitos sino en todo el Perú porque, señoras y señores, es una fruta buenaza y nadie le pondrá ninguna mordaza.

Atentamente,

Asociación de Frutas del Perú y del mundo

Thursday, December 14, 2006

Diciembre 2005-Diciembre 2006

En diciembre del 2005 este diario contrató los servicios de Héctor Tintaya Feria para que asumiera la subdirección y, en buena cuenta, llevara la batuta periodística de este medio porque quien éstas líneas escribe quería trabajar-disfrutar en una especie de año sabático similar al que tienen los docentes universitarios. Ya estaba todo preparado para que desde enero del 2006 mirara de reojo las ediciones de Pro & Contra. Sólo había algunas situaciones que finiquitar.

Quién diría que un suelto aparecido en la sección “Jhodernet” – como en tantas otras oportunidades - cambiaría radicalmente todo lo pensado. Fue una llamada que consideramos ofensiva en términos periodísticos e inaceptable en términos personales. Una autoridad tuvo la osadía de amenazar con algunas cosas que felizmente están registradas en audio y desde ahí tuve que suspender todo porque se trataba de una cuestión de orgullo periodístico. Esa autoridad –hoy en verdad ya no vale la pena ni siquiera nombrarla por las consideraciones que explicaré al final de este artículo - creyó que estaba tratando contractualmente cuando en realidad se trataba de una cuestión de buenas maneras, de buenas formas y de respeto mutuo.

Creyó que estaba tratando con asalariados cuando en verdad la situación no pasaba por ceros más o ceros menos ni a la izquierda ni a la derecha. Ese personaje, como en toda su gestión, careció lastimeramente de alguien que supiera el mínimo manejo de “Imagen Institucional” y que le asesorara y tuviese un trato de periodista-autoridad con un mínimo de decencia. Quizás guiado por el instinto y por los antecedentes que le tocó solucionar en similares situaciones creyó que el asunto pasaba por aumentar las cifras de un contrato publicitario. Pero se olvidó que un ingrediente principal del orgullo periodístico es el honor y ahí no hay transacción. Ninguna transacción monetaria.

Así, desde febrero de este año que se va destapamos todos los casos posibles y probables de malos manejos y el personaje montó en cólera y ¿saben lo que hizo? Lo que le aconsejan los mediocres. Tratar de cerrarnos por todos los medios. Nosotros estábamos seguros de nuestras informaciones. Lo probable se hacía evidente. Lo posible se hacía concreto. El personaje llamaba a los principales funcionarios de las empresas donde tenía injerencia y les conminaba a quitarnos la publicidad que el profesionalismo les exigía. Le convencieron para que judicializara el asunto y no le importó dedicar algo de su tiempo al propósito de inmiscuirnos en un problema judicial, aún sabiendo que él mismo podría terminar judicializando su gestión y sus signos exteriores de riqueza. Al haber fracasado en su propósito de “dejarnos sin piso” financieramente porque creyó equivocadamente que con eso aseguraba nuestro silencio, le convencieron -los ayayeros y ayayeras que nunca faltan al lado de alguien que detenta aunque sea un poquito de poder- que, primero publicara un aviso a toda página en un diario local usando un mercenario de la pluma y, después repartiera volantes denostando de nuestro trabajo. Se sirvió de abogados, colegas y empleados suyos en ese intento. Fracasó en su propósito y, como no podía ser de otra forma, también fracasó en su intento de quedarse unos años más en el puesto que todavía ostenta.

Era risible ver a los “mejores periodistas”, era cómico observar a los “periodistas independientes”, era bufonesco ver a aquellas cuyas “locas ilusiones las sacaron de su pueblo”, hacerle (entregarle es mejor decir) entrevistas más echadas donde le daban las preguntas en bandeja y las respuestas eran por demás pendencieras. El susodicho clamaba en todos los vientos radiales y televisivos –de la prensa escrita mejor ni hablar por respeto al género- que iba a ganar porque así lo sentía en plazas y calles y nadie le recordaba que en el Mercado de Belén le habían estropeado verbalmente y a donde iba llevaba su portátil porque de lo contrario recibía silbidos donde antes le aplaudían. Recibía vociferaciones donde antes le agradecían. Inclusive dos días antes de la gran fecha se mostraba seguro de su triunfo porque “las encuestas respondían a intereses de los que tienen plata”. Es decir, más mermelada no podía existir para tan poco pan. Hasta que llegó el día de las elecciones y, enterado de los resultados, el personaje recibió su merecido, como dicen en mi pueblo. Ni él mismo esperaba esa bofetada ciudadana. Sus más optimistas ayayeros decían que estaba en un triple, seguramente porque les triplicó el presupuesto asignado y, claro, ellos no se tienen la culpa. Hasta una publicación llegó a decir, en el colmo del servilismo genuflexo que el personaje había recibido con calma el resultado y se mostraba feliz por los votos obtenidos. Cuando lo que en realidad hizo fue una cura de silencio sólo suspendida porque en los últimos días de gestión quiere dar la impresión que se preocupa por el pueblo y que concluye en las últimas horas las obras que por meses las mantuvo abandonadas. Pero como acá no nos dejamos engañar ya sabemos que más que el propósito de concluir obras lo que le interesa es “dar” una imagen de “eficiencia” a quienes en Lima le han prometido darle una manito para que puedan recomendarle para un cargo público, aunque para eso se topan con una valla infranqueable en este mundo competitivo: el personaje no tiene título académico que mostrar porque siempre se ha guiado por su estrella de la buena suerte que, dice, nunca lo abandonará.

Estamos en diciembre del 2006 y este diario está por prescindir (o, mejor viceversa) de los servicios de Héctor Tintaya Feria porque “el serrano” siente que su tierra le llama. Y, vaya, que no es cualquier tierra, señores. Pero en el fondo sabe que su partida será difícil porque no hay partida presupuestal para ello. Y, en medio de ese fuego cruzado que siempre es el periodismo, hemos reafirmado nuestro compromiso con la profesión e intentamos cada día reinventar el mundo, amar lo que hacemos y, a pesar de todo, cultivar nuevas amistades en esta difícil tarea de fajarnos en busca de información. Por eso creo que aquel diciembre del año pasado es similar al de hoy, sólo con una diferencia: hemos comprobado que las autoridades quieren un periodismo frágil y que no haga honor al himno de la patria. Y que siempre habrá cabida para todos. Absolutamente para todos.

Wednesday, December 13, 2006

Viva la libertad de prensa

Leo en medio del bullicio de La Purísima que el Vigésimo Tercer Juzgado Penal de Lima absolvió al periodista Pedro Salinas en el proceso judicial que le entabló el ex congresista Jorge Mufarech por el supuesto delito de difamación agravada. Sigo leyendo en medio del bullicio de La Purísima que de acuerdo a la sentencia emitida por la jueza Ena Uriol Alva, el querellante (Mufarech) descontextualizó e interpretó distorsionadamente las columnas de Salinas, las que contenían “una opinión periodística crítica y fiscalizadora a su gestión como funcionario público (…) pretendiendo el querellante con esta demanda inducir al Poder Judicial a que se sancione una opinión periodística”. Continúo la lectura ante el contínuo bullicio de La Purísima que la absolución señala que “la libertad de expresión garantiza que las personas pueden transmitir y difundir libremente sus ideas, pensamientos, juicios de valor u opiniones”. Y la nota termina con una palabra que minimiza cualquier bullicio de cualquier purísima que se celebre: Enhorabuena.
En esa misma línea, pero ya con la resaca ajena de las copas que se habrán bebido mis amigos en la fiesta patronal del distrito “más pituco” de Iquitos, leo con beneplácito que la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) pidió una investigación sobre el ataque que sufrió el periodista peruano Wilman Caychigua Robles, quien se debate entre la vida y la muerte tras haber sido herido en una manifestación. "Pedimos que una investigación establezca rápidamente las responsabilidades en este drama, y en particular las de la policía que abrió fuego sobre los manifestantes", indicó RSF en un comunicado. Wilman Caychigua es colaborador de la emisora "Radio Inca Tropical" y del diario "El Chasqui" y resultó gravemente herido de bala cuando participaba en una manifestación en Abancay.
Hace algunas horas nos reunimos un grupo de colegas para hablar de nuestro trabajo. Lo hemos hecho con sinceridad y analizando el texto de Ryszard Kapuscinski que tiene el sugerente título de “Los cínicos no sirven para este oficio”. Alguien sugirió que el título para Iquitos debería ser “Los cínicos SI sirven para este oficio”, al escuchar la narración de las vivencias de un colega con relación al comportamiento de otros. Más allá de las experiencias y las confesiones que nos hicimos, resulta reconfortante comprobar que nos damos tiempo para hablar de nuestra profesión. Sin tapujos, sin falsas poses y, como sugirió alguno de los presentes, lo hagamos con la mayor sinceridad posible. Y también cogemos la sugerencia que este tipo de reuniones se haga con mayor frecuencia. Ojalá así sea y en nuestras diferencias y contradicciones nos vayamos encontrando en el camino de búsqueda de la verdad que abrazamos todos los que hacemos periodismo de verdad. Los que lo hacen con mentiritas simplemente no deben ser tomados en cuenta. Tanto Paco Bardales en este diario como Luz Marina en el diario “La Región” han hecho referencia a esta reunión que esperamos pueda repetirse y ampliarse con más invitados. Era una reunión “entre nosotros” pero nos complace que se haya hecho inevitablemente pública, con las disculpas del caso.
Van estas tres circunstancias como prueba que la libertad de expresión siempre se mantiene viva y los periodistas tenemos que dar vivas por ello que es la esencia del trabajo que desarrollamos. Pedro Salinas, quien es uno de los articulistas más directos y desprejuiciados de la prensa escrita nacional, ha tenido que soportar un juicio interpuesto por el entonces congresista Jorge Mufarech, quien le preparó una artillería pesada judicial que, final y felizmente, no pasó y hoy, años después, Pedro -junto a los que siempre estamos al pie del cañón- puede respirar tranquilo porque la libertad de expresión para los políticos, autoridades y –aunque usted no lo crea- algunos periodistas es un derecho humano, sólo equiparable al derecho a la vida. Lo que sucede con Wilman Caychigua no sólo debe recibir la solidaridad de Reporteros Sin Fronteras sino de todos los colegas del mundo porque la herida de bala que tiene es una vena abierta y su sangre –así sea metafóricamente- la debemos sentir como propia y, por ello, impedir que siga siendo derramada. Y, la reunión a la que me referí en el párrafo anterior, nos debe motivar a ser cada día mejores y saber que de la discusión siempre saldrá la luz, sea la misma atrevida, sincera, osada, pero –por favor- sin cinismo porque ya sabemos que los cínicos –como nos recuerda el polaco Kapuscinski- no sirven para este oficio y ni siquiera sirven como ciudadanos.